Eduardo Vizcaíno | Experto en ventas
La mafia del golf

Existe un grupito de personas que trabajan en temas relacionados con el sector del golf en España que actúan más como una mafia que como auténticos profesionales, amenazando, extorsionando y amedrantando a empresas y personas que quieren trabajar de manera honrada y seria en un sector que, por otro lado, tampoco es que mueva directamente excesivas cantidades de dinero.

O estás en su entorno, les bailas el agua, les contratas para que hagan el payaso en los fines de fiesta de circuitos, torneos y eventos federativos, te anuncias en sus medios o presionan a clientes, patrocinadores y proveedores para que dejen de trabajar con tu empresa ya que no “pasas por el aro” de sus amenazas y condiciones.

Aprovechándose de que tienen algún poder mediático (aunque cada vez menos y, en breve, ninguno), se dedican a calumniar, mentir, extorsionar e intentar conseguir publicidad para sus medios a cambio de mantener cerrada sus bocazas y no iniciar campañas de desprestigio hacia el inocente empresario que osa decir que no le interesa publicitar sus productos y/o servicios ya que, entre otras cosas, no es que sus medios sean muy seguidos por la limitada audiencia de los aficionados al golf.

En paralelo a ellos, pero muy unidos y con parecidas malas artes, existe un grupo empresarial que en lugar de hacer golf, como debería, lo que hace es prostituir un sector, utilizar la vieja y equivocada estrategia de la bajada de precios, no informar a los socios y accionistas de sus clubes de las cuentas anuales, enfrentarse con clientes y asociados con la única y malsana intención de mirar por su propio interés ya que su egoísmo y prepotencia les nubla la visión y les bloquea todo aquello que no sean ellos mismos. Eso sí, luego van por ahí hablando de asociacionismo, de intereses mutuos, de buscar lo mejor para el sector y de cómo hay que estar todos unidos para poder levantar la economía de los clubes, pero, en cuanto pueden, se apropian de ideas ajenas, negociaciones ya empezadas y dejan fuera a las personas o empresas que les propusieron el negocio.

Pero a estos mafiosos del golf lo único que les interesa, lo que mueves todas sus actuaciones, es el poder. Tanto el económico como el sectorial y federativo.

Se creen que el “chiringuito” del golf español es suyo. Que son ellos los que manejan los hilos de una actividad que está excesivamente controlada por unas federaciones que intentan pero no pueden, o no saben, y que, tristemente en la mayoría de los casos, se han convertido en reinos de taifas cuyos mandamales están más preocupados de que no les muevan la silla que ayudar a sus federados quienes, por imperativo legal, tiene la obligación de estar federados para practicar este deporte.

De la corrupción que todo esto conlleva, mejor hablaremos otro día ya que no hay espacio suficiente para profundizar en uno de los males endémicos de la sociedad española y que, por supuesto, no es ajena ni al sector, ni a las empresas ni a las federaciones.

Y como en las mejores películas del genero, estos mafiosos mantienen la teoría de que Hay tres maneras de hacer las cosas: bien, mal y como ellos las hacen, con lo que te hacen ofertas que no puedes rechazar y llevan a rajatabla la vieja doctrina de que la mafia no perdona.